Y con la ostomía... ¿podré hacer una dieta normal?

Esta es una pregunta aún más difícil porque hay mucha variabilidad entre las personas. Yo siempre recomiendo ir probando los alimentos poco a poco para ver qué tal nos sientan. Lo más útil es hacer un diario defecatorio o intestinal, es decir, un diario donde apuntemos cuántas veces vamos al baño y la consistencia de nuestras heces y al lado anotar la comida correspondiente a ese día, porque así podemos detectar fácilmente cuáles son los alimentos que hacen que nuestras heces estén excesivamente blandas, duras o excesivamente pastosas. En cualquier caso esto es algo que yo también recomiendo a las personas que tienen ciertos problemas intestinales aunque no tengan una ostomía ya que esos problemas pueden surgirnos a todos lo que pasa es que al estar la ostomía más accesible nos damos más cuenta y estamos más pendientes. 

Dicho de una manera simple, el intestino delgado sirve para absorber nutrientes y el colon o intestino grueso sirve para absorber agua. Así que depende del tipo de ostomía y de si nos han quitado más o menos intestino y cuál, las funciones se verán más o menos afectadas. 

En el caso de llevar una colostomía lo más probable es que tu dieta pueda ser igual que antes de la operación. Cuanto más cerca al ano esté situada, más parecidas serán las heces. Si la colostomía está cerca del intestino delgado y las heces recorren muy poco colon, estas serán más bien blandas, ya que se eliminan con más agua porque no ha dado tiempo a que ese agua sea absorbida por el colon. Si llevas colostomía pero te han tenido que quitar una parte del intestino delgado puede que no notes nada o que también sean algo más blandas. 

En el caso de llevar una ileostomía (ostomía realizada con el último tramo del intestino delgado o también llamado íleon terminal) las heces serán bastante blandas, incluso líquidas, ya que no pasan por el colon y no se absorbe agua y esto dificulta su manejo. Por este motivo es muy importante beber suficiente agua para evitar deshidratarse. Además el agua debe beberse fuera de las comidas para que no arrastre los alimentos. En el caso de las ileostomías también sucede que se pierden ciertos nutrientes que son necesarios para nuestro organismo. Esto es lo que yo llamo complicaciones no visibles de la ileostomía, ya que podemos no darnos cuenta pero son igual o más importantes. Por un lado no se produce una correcta absorción de electrolitos (estos son el sodio, potasio, calcio, fósforo, magnesio...), que son necesarios para muchas funciones de nuestro organismo y pueden aparecer  calambres musculares, arritmias, hipotensión, problemas en los huesos, etc. Y por otro dependiendo de cuanto y que parte de intestino se haya quitado tampoco se absorben nutrientes como vitaminas del grupo B, C, D, E y K, ácidos grasos, sales biliares y se producirá una desnutrición calóricoproteica. 


Por estos motivos es necesario monitorizar al paciente con analíticas de control y hacer un seguimiento estrecho, sobre todo al principio cuando aún no tenemos la dieta bien establecida y no sabemos que es lo que nos sienta bien y lo que nos sienta mal. La coordinación entre la consulta de cirugía, la consulta del estomaterapeuta y nutricionista es fundamental. 


Con esto que os he contado podríamos pensar que lo más importante sería controlar la diarrea pero no siempre es así.  El próximo día os lo cuento.