Cuando me cierren la ostomía ¿Mi intestino funcionará igual?

La respuesta es muy variable en función de donde hayas tenido tu ostomía, es decir si la has tenido localizada en el intestino delgado, al inicio del intestino grueso o al final del intestino grueso y también depende del tiempo que la hayas tenido. No es lo mismo tener una ostomía tres meses, que un año o que cinco años. Otro factor muy importante es cuánto intestino te han quitado en la operación de la ostomía. Aunque hay mucha gente que se recupera muy bien y tras la reconstrucción su intestino funciona igual y recuperan su vida anterior, muchos no lo consiguen.

Desgraciadamente muchos pacientes tras la reconstrucción viven un verdadero infierno y no saben dónde pedir ayuda. A las secuelas funcionales que implica una operación del intestino y de una ostomía todavía hoy se les da menos importancia de la tienen y muchas veces no informamos a los pacientes de todos estos aspectos.


El intestino que se queda sin funcionar durante el tiempo que tenemos una ostomía se vuelve vago. De la misma manera que un músculo se atrofia después de tener un mes una escayola y cuando te la quitan cuesta mucho caminar, el intestino también se atrofia y tras la reconstrucción le cuesta hacer su función (moverse para impulsar las heces, absorber agua y sustancias necesarias, almacenar las heces...). A esto hay que sumar que probablemente nos hayan quitado un trozo de intestino y todas estas funciones ya están un poco afectadas por ese motivo. 

Además en el caso del recto, el último tramo del intestino grueso, la situación se agrava. El recto tiene la misión de almacenar las heces y es una zona con una gran cantidad de terminaciones nerviosas es decir, que está muy directamente conectado con el cerebro. Casi todo el mundo sabe que cuando te quitan el estómago o parte de él, luego no se puede comer la misma cantidad de comida pero son pocos los que saben que cuando te quitan el recto después de la operación no se podrán almacenar las heces igual. Aunque intentemos sustituir el recto por una parte del colon o por una parte del intestino delgado nunca funcionará igual. ¿O es que funciona igual una prótesis en una rodilla que nuestra propia rodilla? Pues ahora intentad imaginaos si sumamos el problema de no tener recto y además que el resto del colon este vago por haber estado sin funcionar durante muchos meses por una ostomía. A esto es a lo que llamamos disfunción intestinal e incluye muchos síntomas y muy variados que pueden ir desde la dificultad para evacuar y el estreñimiento hasta la diarrea, la urgencia y la incontinencia fecal. Pero ojo que esto no solo pasa en los pacientes que han tenido una ostomía, también pasa en los pacientes operados de colon y recto. 

Pero ¿ y qué pasa con los músculos del ano (el esfínter) y el resto de los músculos del suelo pélvico? Pues estos no se van a librar de ese descanso obligado sin funcionar que supone llevar una ostomía temporal. También se debilitan y pierden fuerza y además también se pierde sensibilidad ya que se pierde la propiocepción, es decir la capacidad que tiene nuestro cerebro de saber la situación exacta las partes de nuestro cuerpo. 

Existen muchos otros factores que pueden influir en el funcionamiento de nuestro intestino después de la reconstrucción de una ostomía o después de una operación del colon o del recto. Por eso es tan importante acudir a un especialista que te pueda ayudar. Muchos de estos síntomas se pueden mejorar. A veces es muy difícil y supone ir probando las distintas alternativas terapéuticas hasta dar con la adecuada para cada paciente ya que no todo el mundo responde a lo mismo. 


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