Absceso perianal

Un absceso perianal es una pequeña cavidad infectada, llena de pus y cercana al ano. Puede ser de tamaño variable y a la exploración se observa una zona inflamada cercana al ano, dolorosa y enrojecida. 

Los abscesos perianales son la consecuencia de la infección de unas glándulas que se encuentran en el interior del ano aunque en algunas ocasiones pueden deberse a otras enfermedades como la enfermedad inflamatoria intestinal (Enfermedad de Crohn), cuerpos extraños o manipulaciones anorectales.

El síntoma principal es el dolor anal que aparece de forma más o menos rápida, que empeora con los movimientos y va en aumento en los sucesivos días. Es frecuente también la aparición de fiebre, escalofríos y mal estado general. 

El diagnóstico se basa en la exploración física y en la historia clínica, pero en algunos casos puede ser necesaria la realización de una ecografía endoanal 360º para confirmar el diagnóstico especialmente en los casos de abscesos profundos, síntomas inespecíficos, pacientes con enfermedad de Crohn o intervenciones anorrectales previas. 

La ecografía endoanal de 360º nos facilita el diagnóstico y localización del absceso además de ayudarnos a elegir la mejor vía para el drenaje. La ecografía endoanal nos permite también ver la relación del absceso con los esfínteres o músculos del ano así como su indemnidad.



Dependiendo de la situación del absceso perianal respecto a los esfínteres anales se clasifican en abscesos perianales, isquiorrectales, interesfinterianos, submucosos o supraelevadores. 




El absceso perianal se trata siempre de una urgencia y hay que acudir al médico (Especialista en coloproctología) que le drenará quirúrgicamente el pus de la cavidad. Esto puede hacerse con anestesia local pero si se trata de un absceso perianal profundo o muy grande puede ser necesario una anestesia general e incluso la hospitalización. Los antibióticos sólo son útiles como medida complementaria ya que su efectividad es reducida si no se drena el pus. En algunas ocasiones se produce el drenaje del absceso espontáneamente antes de acudir al médico disminuyendo de esa manera el dolor de forma importante, pero aún así es fundamental acudir al especialista pues puede requerir otros tratamientos como realizar una cura, ampliar el orificio de drenaje o añadir antibióticos. Si el orificio de drenaje se cierra puede aparecer un nuevo absceso perianal y puede llegar a pasar por periodos alternantes de supuración y de cierre de dicho orificio. 

Una vez resuelto el absceso perianal y cerrado definitivamente el orificio de la piel se puede considerar que está curado, pero un porcentaje de pacientes, entre el 30-50%, pueden desarrollar posteriormente una fístula perianal.

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